Investigadoras de la UOC diseñan el parque ideal para niños con autismo
Tras seis meses de trabajo intenso centradas en la mejora del espacio público para hacerlo neuroinclusivo -es decir, amable (también) para las personas con trastorno del espectro autista (TEA)-, las arquitectas Raquel Colacios y Blanca Calvo, investigadoras del Laboratorio de Transformación Urbana y Cambio Global, TURBA Lab, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), publicaron hace un año dos (necesarias) guías. Una de diseño de ‘espacios de juego neuroinclusivos’, con directrices para el diseño de parques infantiles públicos para todos los niños [no exclusivamente para niños con TEA]; y una segunda de ‘cocreación neuroinclusiva’, en la que describen la metodología para elaborar procesos participativos que incluyan a los niños con autismo y a sus familias -verdaderas expertas a base de tardes buscando espacios adecuados- en el diseño de los parques públicos infantiles; cuya mirada está todavía olvidada pese a que aproximadamente uno de cada 100 niños tiene autismo.
Las expertas recomiendan agrupar elementos de juego por tipología o utilizar la textura y el color del pavimento como elemento estructurante
«El objetivo de las guías es mejorar la experiencia de juego de los niños, haciéndola más alegre y relajada, además de garantizar la seguridad, una de las mayores preocupaciones de las familias, y minimizar las situaciones de estrés y frustración, tanto para los niños como para las familias», señalan las investigadoras.
Estas dos guías -públicas en la página web del proyecto- fueron fruto de una primera investigación financiada por el programa Nueva Bauhaus Europea de la Unión Europea que empujó a las investigadoras a seguir ahondando en la cuestión hasta lograr cambios tangibles.
De la detección a la acción
Después de los talleres y las entrevistas con niños y familias para detectar los principales problemas con los que se encuentra este colectivo en las áreas de juego infantil, de analizar las formas de solucionarlas y plasmar sus conclusiones en las citadas guías, vieron necesario dar un paso más, así que optaron a un segundo programa europeo, que lograron, y en eso andan, pasando a la acción desarrollando prototipos de elementos de juego inclusivos.
Las investigadoras están desarrollando prototipos de elementos de juego inclusivos
«Pese a que se ha avanzado, queda todavía camino por recorrer; y ahora que se está desarrollando el Plan de Juego de Barcelona creíamos que era importante encontrar maneras de recoger mejor la neurodiversidad«, relata Colacios, satisfecha de haber logrado financiación para otros nueve meses de investigación, convencida de la necesidad de ‘reimaginar’ las zonas de juego de las ciudades.
«Los espacios inclusivos aportan múltiples beneficios (sensoriales, motores, emocionales y sociales) a este colectivo, como la reducción de la ansiedad y la oportunidad de interactuar con otros niños y adultos«, añade.
Piloto inspirador
El primer piloto para la elaboración de las guías lo hicieron en la Clariana de Glòries y los resultados de ese piloto [en el que también colaboraron el Instituto Global de Atención Integral del Neurodesarrollo, el Ayuntamiento de Barcelona, Aprenem y Lemur] sirvieron de inspiración para la segunda parte de su investigación.
«Estamos trabajando con el Institut Escola Industrial de Sabadell en prototipos de juegos neuroinclusivos que podrian instalarse en parques y zonas de juego infantil«, prosigue la arquitecta.
¿Cómo deben ser los parques?
Uno de los elementos que destaca la guía publicada por las investigadoras es que los parques deben ser «intuitivos y fáciles de caminar». «Una de las características del autismo es la necesidad de estructura. Los espacios fáciles de transitar hacen que la experiencia de los niños autistas en el parque sea más fácil y más agradable, lo que les facilita elegir dónde y con qué jugar y minimizar situaciones estresantes«, apunta la guía, que recomienda agrupar elementos de juego por tipo de juego o utilizar la textura y el color del pavimento como elemento estructurante.
«Los espacios fáciles de transitar hacen que la experiencia de los niños autistas en el parque sea más fácil y agradable»
Otra de las conclusiones claras es la necesidad de incluir «zonas de calma y reducción de estímulos». «Es muy importante que los parques cuenten con refugios para momentos de necesidad», subraya Colacios.
Algunas cifras
Los alumnos con autismo son los más numerosos en los centros municipales de educación especial, según un análisis elaborado por la Diputación de Barcelona entre nueve escuelas municipales de educación especial de la provincia hecho público esta misma semana.
Según la Diputación, en estos centros la necesidad educativa con mayor presencia es el trastorno del espectro autista (42,5%), seguida por la discapacidad intelectual (41,1%), y todas las escuelas coinciden en que el alumnado con TEA es el que más crece.